Una casa patas para arriba, un esposo y dos hijos hambrientos, y cómo si fuera poco, una propuesta del Colegio de contarles qué era yo antes de ser mamá!!
La casa puede esperar, una rápida y apetitosa cena me puede sacar del apuro con mis hambrientos leones y ya estoy lista para contarles quién era yo...
A fines de mayo de hace muchos años nací (bueno, no tantos años tampoco) Fui la niña mimada de mis padres y de mi hermano catorce años mayor.
Jugando a ser maestra pasé toda mi infancia en un hogar dónde no sobraban las cosas materiales pero sí abundaba el amor, el respeto, la solidaridad y el compromiso de estar siempre juntos. Así pasaron mis primeros años y comencé el liceo.
¡Cuántos cambios! en toda la etapa escolar sólo había conocido a mis seis queridas maestras y ahora entraban y salían profesores presentando distintas materias.
Todo era tan ajeno para mí! Pensé que no iba a poder. Pero con la ayuda incondicional de mi familia lo logré.
Al poco tiempo ya hablaba de escritos, orales y disfrutaba las "horas puente". En estos tiempo habían aparecido en mi vida amigas, deportes, paseos y no tardó el amor en visitarme.,
Con tan sólo dieciocho años me casé, y al año nació Martín. Fueron sentimientos encontrados experimenté una felicidad jamás sentida, pero lo vi tan chiquito, tan frágil, que nuevamente pensé "y no puedo". Y una vez más estaba mi familia para apoyarme y para ayudarme a que me diera cuenta que sí se puede, que el amor de madre todo lo puede.
Trabajé mucho con una sola meta: que mi chiquito creciera.
Y sí pude, mi chiquito ya tienen diecinueve años y es todo un hombre.
No fueron tiempos fáciles pero valió la pena. Hoy lo veo y me lleno de orgullo, porque no es tarea fácil ser madre a los diecinueve años.
Pero la vida al tiempo me volvió a premiar regalándome un trocito de sol que ilumina mi vida, que llena mis vacíos, que alegra mis días.
Con tan sólo nueve añitos, mi hijas es la responsable de todo eso, como de que también yo esté contándoles todo esto. Es que tiene una magia que todo lo puede.
Bueno, desde que soy mamá, a diario me pasan estas cosas extrañas, inexplicables, maravillosas... y es cuando me pregunto: ¿qué sería de mí si no fuera mamá?
Tal vez tendría más tiempo para mi arreglo personal.
Quizás hubiera estudiado una carrera profesional y hoy ganaría más dinero
Seguramente no sería tan feliz!!!
El verlos crecer a mi lado y el que sepan que mamá siempre va a estar, no tiene comparación con nada, sólo las que padecemos de ese hermoso hechizo de ser madres me pueden entender...
Sí, los hijos hechizan, cuando nos miran nos convertimos en :
la mujer más bella
la mujer más sabia
la mujer más feliz del mundo.
LAURA, mamá de Vanessa De Armas
ME ENCANTO LA NARRACION DE ESTA MAMA, ME PARECIO MUY EMOTIVA, Y CREO QUE REFLEJA MAS O MENOS A LO QUE NOS PASA A TODAS, SENTIMOS ESA MISMA MAGIA AL SENTIRNOS MAMAS...
ResponderEliminarLaura buenísimo tu articulo, te dejo este vídeo que quizás resuma como es cada mama en el mundo, beso y éxito! http://www.dove.com.uy/descontroladas/
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