lunes, 12 de diciembre de 2011
Actuación de 3º año
El cine Maturana por momentos mantuvo la respiración ante lo que estaba viendo y sintiendo, estos niños de tercer año nos hicieron retraernos años atrás, y con una gran emoción volvimos a entonar juntos Una mano paloma:
El 27 de junio de 1973 el entonces presidente, Juan María Bordaberry, disuelve el parlamento con el apoyo de las Fuerzas Armadas y meses más tarde crea un Consejo de Estado con funciones legislativas, de contralor administrativo y con encargo de proyectar una reforma constitucional "que reafirme los principios republicanos-democráticos", restringe la libertad de expresión de pensamiento y faculta a las fuerzas armadas y policiales para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos.
Al hablar de la dictadura uruguaya de 1973, surgen de forma inmediata conceptos, ideas y diversas perspectivas cuyos argumentos reúnen todos, en su conjunto, una afirmación común: fue un período que marcó indudablemente un antes y un después en el Uruguay, delimitando una parte oscura en la historia del país.
El pueblo uruguayo, era una sociedad con hábitos puramente democráticos, que no estaba acostumbrada a los gobiernos militares, a diferencia de los demás países latinoamericanos donde las interrupciones de la legalidad política fueron frecuentes a lo largo del siglo XX. Uruguay, en cambio, reflejaba hasta entonces un pequeño modelo en materia democrática y una estabilidad de sus instituciones reconocido a escala internacional.
La ruptura democrática, empañó esa imagen, cortó esa tradición, estropeó ese prestigio pero sobre todo expuso a numerosos uruguayos ante la intemperie vivida también por otros países vecinos: privados de sus derechos fundamentales, despojados de sus garantías, sometidos a la injusticia de un poder que no dudo en utilizar de manera abusiva la fuerza para imponerse.
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